Introducción
La adolescencia, si se enfoca correctamente, puede convertirse en un periodo de relaciones armoniosas. Esto no equivale a decir que la adolescencia no plantea problemas. Algunos problemas son exclusivos de esta etapa: las reacciones ante las nuevas exigencias de al madurez física y el desafío de convertirse en una persona adulta. Otros representan una continuación de dificultades previas. Sea cual fuere su problema los padres y madre deben manifestar comprensión y preocupación ante él, a la vez que deben ayudar a sus hijos de apoyo en su travesía adolescente hacía la madurez.
Actualmente se considera la adolescencia como un proceso de transición. es to supone estimarla como un tiempo durante el cual el sujeto pasa de la infancia a la madurez y que los problemas con los que se encuentra en este periodo son el resultado de dicha transición a que los/las jóvenes están sometidos por una serie de presiones internas: de índole fisiológica y emocional, y externas: procedentes de los compañeros, familia, profesorado y sociedad en general.
No se puede atribuir un tiempo determinado de duración para la adolescencia. Incluso varía el tiempo en que comienza la pubertad de acuerdo con factores climáticos y hereditarios que pueden desencadenarse o retrasarse a causa de muchos influjos internos. La adolescencia comprende de los 13 a los 19 años, pero el número de años que ocupa este periodo varía de unas culturas a otras.
La principal tarea de esta etapa consiste en la necesidad que tienen los jóvenes de consolidar su propia identidad personal. en la base de la autoconciencia adolescente (imagen propia) se encuentra una representación de su cuerpo, de su aspecto externo y de la opinión que del mismo tienen los demás.
no hay soluciones rígidas a los problemas de la adolescencia, depende de cada jóven y de cada familia, pero si podemos hablar de directrices que de manera preventiva permitan anticiparse a situaciones problemáticas.
Descubrimiento de la identidad personal
Los jóvenes desarrollan durante la adolescencia un conjunto de sentimientos y actitudes hacia sus cuerpos (imagen corporal), lo que contribuye de manera significativa a la evolución de su sentido de la identidad personal.
Pueden desarrollar un concepto agradable sobre su cuerpo o no. Cuando se da una discrepancia notable entre la autoimagen del adolescente y su yo idealizado es muy probable que surja la ansiedad y la hipersensibilidad. el modo en que los demás nos ven y nos califican posee una importancia decisiva en la forma en que nos percibimos a nosotros mismos en nuestra autoimagen.
La percepción que tienen los adolescentes acerca de su aspecto ante una persona o grupo constituye uno de los principales ingredientes de su identidad personal. La forma en que los jóvenes se ven a sí mismo depende de como los ven los demás y de como ellos creen que les ven los demás, cosa que puede diferir de cómo son percibidos en realidad. este cambio y acomodación de nuestro "yo" se dará a lo largo de toda su vida.
Las estrategias de autodefensa
El deseo de una imagen autoaceptable, es uno de los factores más decisivos para motivar su comportamiento. La opinión de padres/madres y profesorado ayudará a aumentar la sensación de propia valía del adolescente.
Existen estrategias defensivas que ayudan a reducir las ansiedades y los fracasos y protegen la integridad del yo incrementando la sensación de dignidad personal. Utilizar dichas estrategias ayuda a reducir tensiones, pero cuando las empleamos de forma inadecuada o exagerada surge el problema, ya que implican un determinado autoengaño y una distorsión de la realidad y a su vez pueden impedir una solución realista de los problemas.
Algunas de estas estrategias psicológicas son:
- Aislamiento afectivo: disminuyendo las propias expectativas y manteniéndose no implicado y distante desde el punto de vista afectivo.
- Escapismo: evadirse de los hechos desagradables de la vida negándose a verlos.
- Fantasía: crean una especie de mundo de fantasía en el que les gusta vivir.
- Racionalización: apela a la racionalización para modificar impulsos, necesidades, sentimientos y motivaciones, transformándoles en elementos tolerables y aceptables conscientemente.
- Proyección: atribuir determinados sentimientos propios a otras personas.
- Desplazamiento: implica trasladar una emoción o un intento de acción desde la persona a la cual se dirigía originariamente, para desplazarla a otra persona u objeto.
Lucha por la independencia
La preocupación por la falta de experiencia de los hijos convierte a los progenitores en protectores, a veces en exceso. También se da el temor a perder a los hijos cuando estos crezcan.
Hacia la mitad de la adolescencia, esta búsqueda de la independencia se ha convertido en un fin en sí mismo, esforzarse por conquistar una libertad psicológica con respecto a los progenitores, para ser uno mismo.
Se tratará de ir otorgando responsabilidades a los /las adolescentes, dándole la oportunidad de desempeñar un papel en la toma de decisiones y formulación de reglas. La independencia no es algo que se pueda lograr de inmediato en su totalidad, sino que es progresivo.
Autoridad y permisividad paterna-materna
El desarrollo saludable de la autonomía con respecto a los progenitores varían según el tipo de poder paterno/materno que se ejerza habitualmente en el hogar. Los hogares autocráticos en los que los padres dicen lo que hay que hacer, produce un mínimo de autonomía. Los progenitores permisivos suelen tener hijos adolescentes con el máximo de autonomía , sobre todo si imponen disciplina explicando sus motivos y consensúan actuaciones.
Los progenitores permisivos, tratan de actuar de manera aceptante y afirmativa con respecto a los deseos, impulsos y acciones de sus hijos, les consultan las decisiones, dialogan y explican las normas familiares existentes, permiten que los jóvenes rijan sus actividades en el mayor grado posible, entre otros.
Los progenitores sobreprotectores oscilan entre dominar a sus hijos/as adolescentes y someterse a ellos. Puede llevar una conducta muy dependiente, pasiva y sumisa por parte del adolescente.
Los progenitores con autoridad, a diferencia de los autoritarios intentan dirigir las actividades de sus hijos de un modo racional, fomentan intercambios verbales y comunican a los /las jóvenes el razonamiento que hay detrás de sus principios.
Como los adolescentes son capaces de efectuar un pensamiento racional y abstracto , pueden mostrarse críticos con respecto a las creencias y valores de sus padres/madres. No podemos asentir todas sus opiniones porque impediría su proceso de crecimiento.
Solución a las diferencias
Es posible encontrar una solución que conduzca a acuerdos o compromisos ante determinadas situaciones si los progenitores reconocen los sentimientos que animan a sus hijos/as, explican los sentimientos que dominan en ellos y se exponen las cosas con calma y buena voluntad. Siempre reconociendo que los adolescentes se arriesgan y que esto constituye una parte necesaria de la experimentación adolescente.
Como fomentar la comunicación
Hay modos de actuar que incitan a la cooperación y otros que sirven para provocar más tensiones. Existen habilidades comunicativas que pueden ayudarnos a eliminar tensiones, peleas, a comprendernos mejor. Hemos de partir siempre de escuchar, entender lo que está diciendo la otra persona y tener la capacidad de comunicarle que se la entiende. algunas de estas habilidades son:
- Alentar al otro a que siga hablando. Mostrar interés por lo que el otro quiere transmitir.
- Compartir los propios sentimientos.
- Volver a expresar lo que se dijo.
- Reflejar lo sentimientos.
- Aceptar a la persona, no el comportamiento de la misma.
- Expresar lo que sentimos.
- Estimular la independencia.
- Respetar la intimidad.
- Ser coherentes.
- Evitar respuestas que no sirven.
- Dar ánimos.
El proceso de cambiar las habilidades comunicativas es lento y difícil. Los comportamientos no se cambian de golpe, hay que proceder lentamente, consolidar los cimientos y avanzar paso a paso.
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